
El descubrimiento de la larva, atrapada en ámbar, se produjo en 2008 en el yacimiento de El Soplao (Cantabria), pero la investigación sobre su 'edad' no se había confirmado hasta ahora.
El fósil, de unos cuatro milímetros de longitud, es una larva depredadora del grupo de los neurópteros que aparece recubierta por una maraña de pequeños filamentos de origen vegetal de helechos recolectados con sus mandíbulas con el fin de formar un escudo protector y confundirse con el entorno.
Este tipo de comportamiento, el trash-carrying o transporte de basura, es una estrategia de supervivencia que se da también en formas actuales para camuflarse ante las presas o los depredadores. La especie fósil representa un nuevo género que ha sido denominado como "crisopa alucinante de Diógenes" (Hallucinochrysa diogenesi), en alusión a su apariencia sorprendente y al síndrome de Diógenes.

Además, el estudio refleja una estrecha relación ancestral planta-insecto (posiblemente un ejemplo de mutualismo), ya que la larva depredadora libraba de plagas al helecho mientras que este constituía su hábitat y le aportaba la basura protectora. En un escenario cretácico en el que los bosques resiníferos de la antigua península ibérica eran asolados por grandes incendios forestales, la larva recogió su basura a partir de un tipo de helecho que crecía abundantemente tras el paso del fuego.
La investigación se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
1 comentario:
Y no es de extrañar que existiera desde hace mucho mas tiempo. Los viejos trucos, nunca mejor dicho, son los que mejor funcionan. Y en la evolucion aun mas.
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