
Los estudios sobre este insecto, de hace entre 20 y 30 millones de años, han sido publicados en dos revistas profesionales: Systematic Parasitology y Parasites and Vectors.
Las moscas del murciélago han estado parasitándoles durante por lo menos la mitad del tiempo de su existencia, y se encuentran exclusivamente en su piel. Son algo planas a los lados como una pulga, lo que les permite moverse más fácilmente a través de la piel del murciélago. Solo volaban fuera de su huésped para buscar pareja, y es probablemente lo que el ejemplar estaba haciendo cuando se quedó atascado en la resina.
Foto George Poinar /Oregon State University
Europa Press
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