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miércoles, 7 de abril de 2010

Un premio para un evolucionista de prestigio: Francisco José Ayala

Los fósiles constituyen uno de los grupos de pruebas más potentes de la evolución biológica. Su estudio aporta evidencias sobre formas de transición entre grupos de seres como es el caso de Archaeopteryx, o sobre cambios graduales asociados a condiciones ambientales cambiantes, e incluso muestras de ADN que se incluyen en análisis modernos de parentesco entre especies actuales y extinguidas. En resumen, la paleontología es una de las más firmes bases que sostienen el hecho evolutivo.

Y la teoría evolutiva, que sufre el ataque absurdo de creacionistas y sus secuelas (“Diseño inteligente”) está de enhorabuena con la concesión reciente del Premio Templeton a Francisco J. Ayala, genetista y biólogo molecular nacido en Madrid 1934, y que ha desarrollado sus 50 años de carrera en Estados Unidos. Fue monje dominico pero su vida posterior le convirtió en un magnífico biólogo evolucionista, genético y filósofo de Ciencia, llevando la razón como bandera, e intentando simultáneamente no agredir las creencias religiosas. En su opinión, Dios pudo crear el mundo, pero la naturaleza y la evolución lo cambiaron, hasta llevarlo al punto en el que se encuentra ahora. "Somos seres muy imperfectos, pero eso responde a cómo se ha desarrollado la evolución".

Ayala ha testificado en juicios en los que se decidía si se enseñaba el creacionismo en las aulas; es miembro de numerosas sociedades científicas. Ha publicado libros y artículos científicos, y dado discursos por toda la geografía del país. Fue asesor científico de los presidentes americanos George Bush y Bill Clinton, y colabora con sociedades escépticas como la española ARP- Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, en cuya revista “El escéptico” ha publicado artículos muy recomendables y esclarecedores sobre la teoría evolutiva y sus enemigos.

En su argumentario sobre las corrientes de pensamiento crítico al evolucionismo (asociadas a la iglesia católica y protestante, y que tanto daño están haciendo a la biología en Estados Unidos de América), Ayala se ha esforzado en resaltar contradicciones y aportar racionalidad: “ La teoría de la evolución es más compatible con el monoteísmo que el creacionismo. Es difícil imaginar al Dios benévolo y omnipotente de la Biblia y explicar el mal en el mundo. La teoría de la evolución explica por qué hay tantas disfuncionalidades e imperfecciones en los seres vivos y la crueldad de muchos comportamientos, como el de aquellas hembras que devoran al macho antes, durante o después de la cópula”.

Probablemente Ayala sufra en su interior por el panorama de irracionalidad que se extiende por el país norteamericano, que lleva a tratar la teoría de Darwin como si fuera una especie de complot anti-religioso basado en falsedades. O donde existe un Museo del Creación (en Cincinnati) que exhibe dinosaurios conviviendo con hombres prehistóricos. Su visión es la siguiente: “EE UU es un país fundado por cristianos fundamentalistas, que huyeron de Inglaterra y Holanda porque les perseguían. Tomaban la Biblia literalmente. Curiosamente, en poco más de un siglo surgieron los fundadores de la república, que son librepensadores, padres de la Constitución. Esas raíces fundamentalistas, sin embargo, han seguido jugando un papel muy importante aquí.”

Sus comentarios sobre el Diseño Inteligente (una variante del creacionismo) son puro espectáculo de sabiduría y agudeza dialéctica; para muestra, un botón: “El sistema reproductivo humano está tan mal diseñado que el 20% de los embarazos terminan en aborto espontáneo, y eso no incluye los abortos más tempranos, que no se detectan. Eso son 20 millones de abortos en el mundo cada año. Echarle la culpa de eso al diseño divino haría precisamente de Dios un abortista de escala increíble.”

El Premio Templeton se viene otorgando desde 1973. Su importe siempre es ligeramente mayor al del Premio Nobel: algo más de un millón doscientos mil euros. El galardón se otorga a '"una persona viva que haya hecho una contribución excepcional a afirmar la dimensión espiritual de la vida, ya sea a través de una idea, de un descubrimiento, o de alguna acción concreta". El próximo día 5 de mayo recibirá el galardón de manos del Duque de Edimburgo, en el londinense palacio de Buckingham.

Francisco Ayala nos muestra cómo hemos de usar la razón para hacer Ciencia, y cómo deshacer con la palabra y el conocimiento, ese gran embrollo pseudocientífico que es el creacionismo. Una gran noticia sobre un gran sabio.
Fidel Torcida Fernández-Baldor
Foto University of California

4 comentarios:

Pak dijo...

Merecido, sin duda! Enhorabuena! :)

Silveri Garrell dijo...

Totalmente en desacuerdo. Es una alianza con lo llamado "políticamente correcto" que es la Evolución en este momento.

carhr dijo...

Me alegra la noticia por el premio concedido. Aunque no comparto la forma que tiene de enfocar los argumentos que la noticia ha expuesto.

Anónimo dijo...

La teoría de la evolución no es un asunto político: es ciencia. Como tal ciencia también evoluciona y está sometida a debate, pero dentro de la racionalidad, no de lo pseudocientífico o bajo coordenadas religiosas.Como se ha dicho reiteradamente, las evidencias que soportan la teoría evolutiva son abrumadoras. ¿Alguien pone en duda la atracción gravitatoria?... ¿Y por qué sí se duda de la teoría evolutiva?. Quizás porque nuestra especie queda dibujada como una más dentro del planeta, no como "el centro de la creación divina". Lo increíble es que esta cuestión todavía escueza pasados 150 años desde la salida del libro de Darwin.
Fidel